EXTREM BARDENAS 2016

Este era el segundo año que iba a las Bardenas Navarras a rodar en la bike maratón “Extrem
Bardenas”. El año pasado debió ser muy duro porque solo yo repetía como representante de
Betigora. Es broma, compromisos varios impidieron venir a mis compañeros del 2015 y me
consta que lo sintieron mucho así que los esperaremos en el 2017.
A diferencia del año pasado la prueba se desarrollaba en sábado y decidimos madrugar el
mismo día para dormir en el fresco Vitoriano y no pasar la noche en vela en ese caluroso
desierto. La cosa empezó el viernes con el montaje de bicicletas en el coche para madrugar
menos y algunos ajustes mecánicos de última hora.
Ya el sábado cogí el coche a las 6:00 de la mañana, muy motivado y recogí primero a Iñaki,
después a Jose Luis y por último a Raúl. Josu como tiene casa cerca de las Bardenas se fue el
viernes con la bici de Iñaki por tema de logística. En menos de dos horas nos presentamos en
Arguedas y aquí empezamos a correr. Había que desmontar las bikes, disfrazarse, recoger los
dorsales, darse crema y encontrar la bici de Iñaki, la verdad es que no sobró mucho tiempo.
Nos reunimos todos en la salida, besos y abrazos para desearnos un buen día. Aquí nos
separamos de Josu que tenía sus compromisos y ya no le volvimos a ver hasta la llegada.
Cuando sonó el pistoletazo de salida estaba un poco nervioso y me venían recuerdos del año
pasado. Hubo un rato largo de espera hasta que nos pudimos poner a rodar y se me pasaron
los nervios.
Los primeros km Raúl se puso a mi lado y ahí estuvo hasta que llegamos a la meta haciéndome
el día muy ameno. A Iñaki lo vimos en un avituallamiento de pasada y a Jose Luis no le vimos
hasta la meta porque quería ir despacio para no quemarse antes de tiempo.
Como salimos muy atrás, empezamos a rodando muy fuerte adelantando mucha gente, sobre
todo en la subida al Yugo que coronamos hacia el km 16, sin mucho esfuerzo. Seguimos
rodando alegres y yo que soy de naturaleza inquieta tuve que escuchar de labios de Raúl varias
veces aquello de “afloja que el día es largo”. Es que yo no sé reservarme y cuando estoy fresco
voy tirando sin pensar en lo que pueda quedar. Rápidamente llegamos al primer
avituallamiento y he de decir que en esta prueba se lo curran mucho, es de lo mejorcito que se
puede encontrar en este tipo de pruebas, yo creo que se vuelca todo el pueblo y eso se nota.
Desde aquí se me hizo incluso corto y veíamos pasar los km sin grandes dificultades, lo único
destacable fue que uno de mis dedos del pie tenía el día tonto y al apretar el pedal me hacía
daño hasta que puse remedio pidiéndole a una ambulancia un poco de esparadrapo para
hacerme un apaño.
Con el sol ya en lo más alto llegó el monte previo al Yugo que presagiaba que la prueba final
estaba por llegar. Si bien he dicho antes que subimos sin esfuerzo, ahora la cosa iba diferente,
el calor apretaba mucho y los pasados 90km habían hecho mella así que la subida se
presentaba dura. He de decir que sufrí, pero bastante menos que el año pasado, lo que es la
experiencia. Una vez arriba nos dejamos caer y tras un par de repechos pudimos ver el pueblo
de Arguedas. En un momento atravesamos la meta juntos Raúl y yo con una gran sonrisa y la
satisfacción de haber cumplido ese pequeño reto. Enseguida pudimos ver a Josu que nos
estaba esperando, mas besos y abrazos. Después de una buena ducha nos fuimos a comer y
fue cuando llegó Iñaki contándonos los pormenores de sus 100km. Un rato después apareció
Jose Luis con una sonrisa, pero con cara de haber sufrido. Es que este calor desértico desgasta
a cualquiera.
Después de que Josu amablemente nos trajera 3 o 4 cervezas a cada uno nos fuimos a montar
las bicis en los coches y yo que soy hombre precavido las fijé con esmero, no quería perder
ninguna. Cuando arrancamos de vuelta a casa el bueno de Josu nos invitó a un café en su
pueblo y de allí sin más paradas hasta Vitoria.
En resumen pasamos un buen día de BTT en estado puro sin más consecuencias que alguna
quemadura por el sol y un pinchazo un tanto extraño en la bici de Josu. Me lo pase tan bien
que seguro que el año que viene repito con estos Betigoras tan majos, además tengo la
sensación de que después de leer esta crónica, el año que viene seremos más. Gracias a todos
por haber hecho grande ese día y hasta la próxima.

Fotos:

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